Ernesto "Ché" Guevara - In Memoriam
Este mundo massmediático tan criticado por la intelectualidad de izquierda tiene como icono una de las más contradictorias figuras de las tantas que han desfilado por esos monstruosos engaños llamados “Revolución” Nos referimos a quien casi desde el instante de su muerte pasó al panteísmo mágico, no en ibero América sino en todas las latitudes, una marca, un fenómeno de branding que ya quisieran para sí Nokia o la Coca-Cola.
Sobre su vida la propaganda totalitaria ha construido las más pintorescas historias, las más altruistas referencias. Pero los testimonios, los tercos hechos, muestran otra cosa, por ejemplo su comando de La Cabaña, registra el fusilamiento de más de un millar de prisioneros en sumarísimos juicios nunca apelables en su revolucionaria certeza. Ahí se vio quien era el “Ché” Recordemos su paso por el Ministerio de Industria cubano, o por el Banco Central, sembrando ruina material y prometiendo que para 1980 la producción por habitante en Cuba sería superior a la de los Estados Unidos, palabras vanas de un payaso.
Este hombre escribió cosas como la siguiente: “No soy Cristo ni un filántropo, soy todo lo contrario de un Cristo. Lucho por las cosas en las que creo con todas las armas de que dispongo y trato de dejar muerto al otro para que no me claven en ninguna cruz o en ninguna otra cosa” Sólo un megalómano aclara ¡que no es Cristo!, en eso se parece tanto al orate que de vez en cuando recuerda a los venezolanos que el no es Bolívar.
Su abyecto deseo de matar se hace patente en carta enviada a su primera esposa: “Aquí en la selva cubana, vivo y sediento de sangre, escribo estas ardientes líneas…” Sediento de sangre, que inmensa diferencia a estar sediento de justicia.
Mostró una visión del socialismo que no era de paz y solidaridad, para su mente el logro de un régimen socialista implicaba que “habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación aunque sea a costa de millones de víctimas atómicas". O aquella cita lamentable de “Crear dos, tres... muchos Viet Nam... es la consigna” Guevara pretendió sembrar el odio “como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así…” está aún vivo. Estás muerto en cuerpo “Ché” Guevara, pero nos has dejado la obligación de todavía liquidar y enterrar tus lamentables enseñanzas. En eso estamos y para allá vamos.
Sobre su vida la propaganda totalitaria ha construido las más pintorescas historias, las más altruistas referencias. Pero los testimonios, los tercos hechos, muestran otra cosa, por ejemplo su comando de La Cabaña, registra el fusilamiento de más de un millar de prisioneros en sumarísimos juicios nunca apelables en su revolucionaria certeza. Ahí se vio quien era el “Ché” Recordemos su paso por el Ministerio de Industria cubano, o por el Banco Central, sembrando ruina material y prometiendo que para 1980 la producción por habitante en Cuba sería superior a la de los Estados Unidos, palabras vanas de un payaso.
Este hombre escribió cosas como la siguiente: “No soy Cristo ni un filántropo, soy todo lo contrario de un Cristo. Lucho por las cosas en las que creo con todas las armas de que dispongo y trato de dejar muerto al otro para que no me claven en ninguna cruz o en ninguna otra cosa” Sólo un megalómano aclara ¡que no es Cristo!, en eso se parece tanto al orate que de vez en cuando recuerda a los venezolanos que el no es Bolívar.
Su abyecto deseo de matar se hace patente en carta enviada a su primera esposa: “Aquí en la selva cubana, vivo y sediento de sangre, escribo estas ardientes líneas…” Sediento de sangre, que inmensa diferencia a estar sediento de justicia.
Mostró una visión del socialismo que no era de paz y solidaridad, para su mente el logro de un régimen socialista implicaba que “habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación aunque sea a costa de millones de víctimas atómicas". O aquella cita lamentable de “Crear dos, tres... muchos Viet Nam... es la consigna” Guevara pretendió sembrar el odio “como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así…” está aún vivo. Estás muerto en cuerpo “Ché” Guevara, pero nos has dejado la obligación de todavía liquidar y enterrar tus lamentables enseñanzas. En eso estamos y para allá vamos.
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